2013.- ESTONIA.- DIR: Zaza Urushadze.-
INT: Lembit Ulfsak, Giorgi Nakashidze, Misha Meskhi, Elmo Nüganen,
Raivo Trass.
Mi puntuación ★★★★★★★★☆☆
En
1990, estalla la guerra en una provincia georgiana que busca la
independencia. Ivo, un estonio, decide quedarse, a diferencia del
resto de sus compatriotas, para ayudar a su amigo Margus con la
cosecha de mandarinas. Al comenzar el conflicto, dos soldados
resultan heridos delante de su casa, e Ivo se ve obligado a cuidar de
ellos. (FILMAFFINITY)
Mi comentario: Película con pocas
pretensiones pero que consigue te hagas unas cuantas preguntas de
difícil respuesta sobre una guerra que pudiera ser cualquiera y
sobre unos hombres defendiendo algo que ni ellos mismos saben si es
la mejor opción.
No hay buenos ni malos; son personas
sufriendo y con heridas abiertas. Hablo de esas heridas que nunca
cicatrizaran; las del alma, las de la perdidas de seres queridos. Y
todo por una patria que se desangra a su vez y que ya no tiene vuelta
atrás.
Parece más una obra de teatro, cuyos
personajes se anteponen a toda ficción; cercanos. Nos muestra como
son mártires de su presente y rehenes de su destino.
A todas luces es antibelicista pero sin
darnos lecciones de ética, al contrario, hace que seamos nosotros en
el discurrir de la cinta, los que descubramos por medio de sus
imágenes y de unos diálogos esplendidos, hasta donde puede llegar
la locura del genero humano.
Muy buen film; alegoría del perdón;
buena interpretación; atmósfera bien conseguida y brillante
fotografía. Nunca estará en las listas de éxitos, ni falta que la
hace.